El proceso de uso de una impresora textil comienza con la creación de un diseño digital. Mediante el uso de software especializado, los diseñadores pueden manipular colores, patrones y texturas para lograr la estética deseada. Una vez finalizado el diseño, se transfiere a la impresora textil, que luego procede a imprimir el diseño directamente sobre la tela. La impresora utiliza tintas textiles especialmente formuladas que están diseñadas para adherirse a las fibras de la tela y garantizar impresiones vibrantes y duraderas.